Estrategias de la lectura
Existen muchos manuales de estrategias de lectura y
escritura. Aunque algunos pueden ofrecernos algunas ideas que nos servirán en
la práctica, por lo general no se corresponden con los enfoques de promoción de
la lectura.
Por eso, en lugar de ofrecerles un compendio de actividades,
queremos compartir con ustedes una propuesta que podría ayudarlos a crear sus
propias estrategias. La clave siempre será: leer, estar informado, ser
creativo, arriesgarse y compartir experiencias con otros mediadores.
Propósitos de lectura
Antes de iniciar una lectura es importante reconocer el
destino u objetivo final de la actividad; esto nos dará un punto de partida
para abordar el texto y el primer paso de la estrategia o planificación para
comprenderlo.
Cada vez que te acerques a un texto es necesario reconocer:
- la
fuente o el medio: es decir ¿Cuál es la plataforma del texto? ¿Dónde se
encuentra? Por ejemplo: periódico, revista, internet, libro.
- Su
extensión: ¿Qué tan largo es?
- Marcas
graficas o paralingüísticas: ¿contiene fotografías, tablas, mapas?
- Objetivo
de la lectura: placer, recopilar datos específicos, dar una opinión,
aplicar el conocimiento, etc.
Activación del conocimiento previo
Las ideas que tenemos antes de leer pueden ser
referentes al tema, autor, titulo de la obra, etc. Esto tiene que ver con
nuestra historia personal, cultural, educación y grado de conocimiento en torno
al tema.
Antes de iniciar la lectura hay una serie de
preguntas que puedes hacerte, estas te darán más pistas acerca del texto y te
ayudarán a tener una mejor compresión del mismo:
- ¿Dónde se localiza esta información?
- ¿En qué año fue publicado el libro o articulo?
- ¿Quién es el autor?
- ¿Cuál es la editorial que la publica?
- ¿Cuál es el propósito de la lectura?
El titulo nos da la primera pista sobre el tema, a
partir de este debes preguntarte:
- ¿A que puede referirse?
- ¿Conoces o has escuchado hablar del asunto? Si
es así, ¿Qué es lo que sabes? Y si nunca has escuchado nada, lo más
recomendable es hacer una breve investigación del tema en cuestión. Por
ejemplo, si lees un titulo como “Los desafíos en la alimentación frente a
los transgénicos”, quizá desconozcas qué significa el termino transgénicos,
por lo que es conveniente investigarlo antes de comenzar la lectura.
- ¿Qué es lo que tú ya sabias con respecto al
tema?
Ahora, comienza a leer y compara la información que
ya conocías con respecto a la del texto.
Determinación del significado de las
palabras
Para poder
comprender el texto con claridad, es necesario que no queden hueco o algunas
mientras vas leyendo. Muchas veces, si no conocemos una palabra, esto no solo
interrumpe la lectura sino también ocasiona un vacío de información en los
datos que nos revela el texto. Leer es una de las mejores formas para ampliar
nuestro léxico y conocer términos y conceptos nuevos; sin embargo, para librar
aquellos que desconocemos, puedes realizar alguna de las siguientes técnicas:
Inferir por el
contexto: si hay alguna
palabra desconocida en una frase, trata de leer nuevamente de que trata esta o
cual es el hilo conductor del texto y si comprendes el significado general
puedes intuir el significado de una palabra que antes no habías escuchado.
Descubrir el significado
por su prefijo: otra manera de
deducir el significado de una palabra es reconocer el prefijo latino o griego
con el que inicia, pues el español contiene numerosas partículas (morfemas)
derivadas de estas lenguas y cada vez que nos encontramos con una ellas,
podemos decir que ya contamos con parte del significado de la palabra.
Buscar en el
diccionario: si no puedes inferir
el significado de la palabra a partir del contexto ni del prefijo grecolatino,
es importante que te detengas un momento y busques en un diccionario –impreso o
en línea- a qué se refiere dicho concepto. De esta manera podrás clasificar y
despejar dudas en el camino de la lectura.
Identificación de las ideas
principales
La estructura interna del párrafo está constituida
por una oración que contiene la información básica o la idea fundamental; y por
oraciones secundarias, que amplían la información o dan mas detalles sobre la
idea principal.
- Las oraciones secundarias
pueden ser subordinadas o coordinadas, dependiendo de su importancia
frente a la principal.
- Oraciones
subordinadas: dependen forzosamente de la oración principal.
- Oraciones coordinadas: tienen el mismo valor que la oración
principal, sirven para comparar o contrastar una idea.
- Las oraciones secundarias se enlazan con la
principal a través de signos de puntuación como la coma (,), punto y coma
(;), o punto y seguido (.), o de nexos como conjunciones y preposiciones.
Para determinar la idea principal de un párrafo es
importante reconocer:
- ¿Cuál
es la oración principal de dicho párrafo?
- Palabras clave que denotan ideas importantes.
No siempre la oración principal coincide
textualmente, es decir, de manera idéntica con la idea principal; en ocasiones
hay que inferirla y para eso puedes valerte de las palabras clave.
Supervisión y regulación de la
propia comprensión.
Para poder
comprender adecuadamente un texto, son necesarias ciertas condiciones que debes
considerar y que te recomendamos continuación:
Lugar. Elige un sitio donde
las condiciones sean favorables para la lectura, un lugar que esté bien
iluminado, sin ruidos ambientales molestos y que no sea paso constante de
gente.
Posición. Consigue una silla o
un sillón cómodo donde puedas leer sin quedaste dormido y donde el texto se
quede cuando menos a 30 cm de distancia de tus ojos.
Auxiliares. Ten a la mano
diccionario, lápiz, cuaderno para hacer notas o marcar lo mas importante.
Atención. Al aislar los
distractores externos (música, gente, mascotas, televisión), podemos enfocar
nuestra atención en la lectura.
Concentración. Cada lectura es un
viaje al mundo del autor; por eso, ahora solo concéntrate y déjate llevar hasta
donde sus letras te dirijan.
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